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VÍSTEME DE BESOS   Vísteme de besos, porque está amaneciendo y siento frio. Frio de soledad y miedo. Miedo por este desamor que me invade y devora. Vísteme de besos. Y derrocha tu calor sobre esta carne trémula. que a momentos tirita de nostalgias. Nostalgias que sobre antiguos recuerdos desbordaron mi memoria. Vísteme de besos y desnuda tu alma. Desnudémonos los dos para cubrir este lecho de leyendas y mañanas. Porque mi mañana ya no existe, lo secuestró tu pasado, y en este presente que habito solo encuentro la nada. Vísteme de besos por si el momento ha llegado, y ante tu inminente partida quisieras recuperar un instante de locura, de deseo, de añoranza, de recuerdo, para llenar tu maleta de ardientes despedidas. Vísteme de besos. Falsos, vacíos o muertos besos que te traicionen, que me engañen y me duela

A AQUEL VIEJO SARMIENTO

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Siendo roble,                                                                                                               te convertiste en sarmiento, y hoy el manto que te cubre evoca tu ilustre linaje. Añoro tu porte de árbol bien crecido, tu copa poblada de inteligencia, tus ramas que me acariciaban y me guiaban entre   las hojas. Esparciste tus semillas creando nuevos vástagos, que a su vez, germinaron de nuevo brotando como hiedra a tu alrededor. Añoro tu sabiduría y paciencia. Esa seguridad disfrazada de prudencia. Aquella timidez camuflada en el despiste. La dulzura escondida en tu corteza oscura. Creciste y nos hiciste crecer esquejes de tu forma de vida siguiendo tu camino, sin recovecos, ni rincones que nos apartaran de él. Pero el tiempo pasó,   tus raíces se secaron.   Tus hojas volaron con el viento del último otoño. Las ramas se han quebrado, y tu tronco otrora erguido
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MIRAFLORES (PAISAJE INTERIOR) Paisaje nevado, y al calor de la lumbre recibes una caricia en zapatillas. Sobre el manto blanco se cierne tu remanso de paz, el refugio de los recuerdos de tu vida, un castillo de ilusiones y esperanzas que construiste desde el pasado. Caen del cielo copos de terciopelo que cubren de hermosura el suelo, que acarician lo más profundo de tu alma. La nieve hace equidistantes la distancia y el olvido, la ternura y el cariño. Se detiene el tiempo en tu mirada y provocas un paréntesis ejemplar a todo tu alrededor. Cerca de la lumbre del hogar los pensamientos fluyen en confortable sopor. Has dejado atrás el verdadero tormento y la mentira. Están lejos,allá en la vasta llanura, allí en la ciudad adocenada y febril, allí donde sufres constantemente atascos y ataques emocionales. Atrás quedan los sinsabores de la rutina diaria, las poses fingidas y las miradas aviesas, de los que te rodean, de los que dicen ser tus compañeros. Por eso(y quizás por mu

FIEL REFLEJO

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        Piel y cristal. Azogue y carne fundidos en un solo ser. -           ¿Y ahora qué? -           ¿Qué quieres decir? -           ¿Qué vas a hacer de ahora en adelante? Porque algo tendrás que hacer. -           Seguir viviendo -           Dirás empezar a vivir, hasta ahora has sobrevivido. Su triste semblante reflejaba en el espejo una vida mal jugada. Sus arrugas no mostraban restos de sonrisas sino de penurias. Y sus ojos, hundidos en su propia oquedad, apenas dejaban vislumbrar la juventud vivida. -           Y qué más da, a fin de cuentas es lo mismo. -           No, en absoluto tiene que ver lo uno con lo otro. -           ¿En qué se diferencia? -           Vivir es disfrutar de la vida intensamente, con sus alegrías y sus penas, con sus entusiasmos y sus decepciones. Tú te has limitado a respirar, a pasar los días y a velar sus noches. Esa frase retumbaba en su cabeza, golpeando palabra por palabra y convirtiendo en un yunque los acia

SERPIENTES

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Aún no me he recuperado, quizás sea mi fortaleza, a la cual todavía me siento ajena. ¿Cómo puede un ser humano ser más fuerte de lo que realmente la naturaleza le ha dotado? No lo sé. Es posible que algún día consiga descifrar este misterio. Me miro y cada vez lo comprendo menos. ¡Ay, cuanta serpiente nos acecha en el camino! Culebrea, se para y vuelve a zigzaguear, esperando el instante adecuado para asaltarnos e inocular su veneno en nuestro alma. Creo que estoy desvariando. Me duele la cabeza. Será de tanto pensar, de tanto reflexionar… Ahí está otra vez la serpiente. Ha encontrado nueva presa. Y pensar que a Cleopatra la mató una similar. ¿Un áspid o una cobra? Qué más da, a fin de cuentas ya está muerta. Siempre me he preguntado qué pasaría con el ofidio después ¿moriría también? Debería… Principios, moral, ética… ¿por qué las víboras no tienen principios?   No pienso en los reptiles, por supuesto ¿o sí? Realmente me importa poco, cada vez encuentro menos diferenci

MALDITO

¡Maldito seas, maldito! Asomada al vértigo de tu ausencia, retrocedo. Talud impresionante en el que tu falsedad se pierde. Largo camino que ahora he de desandar. ¡Maldito seas, maldito! Porque tu mundo imaginario se desvanece y se rompe en mil pedazos. Piedra tras piedra construido sobre el pilar de tus mentiras. Magnífico palacio en tierras de Utopía. ¡Maldito seas, maldito! Por permitirme soñar con ilusiones envenenadas, henchidas de traición. Alentando un futuro inexistente, imposible. Sepultando un pasado cierto, pleno de vivencias reales, únicas. ¡Maldito seas, maldito! Olvido la mala hora en que nuestros caminos se cruzaron. Tropezando con un equívoco, desatino insuperable. Confusión que doblegó mi intelecto. ¡Maldito seas, maldito! ¡Regresa al averno de tu condenación!

ESTUPIDA EXISTENCIA

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Al borde del abismo, con profunda tristeza y exánime, contemplo donde reposan los restos de tu miserable existencia.   No me resulta extraño tu prematuro final, al contrario, podría decirse que lo estaba esperando. Tu propio destino y el mío, si así quieres entenderlo, andaban ligados desde su origen. Predestinados a su propia aniquilación, a su autodestrucción, dependían simplemente de un paso en falso, un error que uno de los dos debía cometer. Nuestro rumbo estaba trazado de antemano. No éramos libres ninguno para poder decidir hacia donde encauzar nuestras vidas, pero yo al menos lo intenté. Traté, en vano, de conseguir que nuestra ventura no fuera producto de la casualidad o el destino. Procuré que nuestros caminos, pese a discurrir al unísono, tomaran su propia dirección, modificando su rumbo si la eventualidad así lo requería. De nada sirvió. Observo, desde la lejanía que me provoca tu borrosa visión, tus vagos recuerdos y en ocasiones tus ofensivas palabras, que nada estaba